El maíz es imprescindible para Tlaxcala, y no se puede dejar de probar el chileatole, un liquido por lo regular verde con una textura parecida al atole pero de sabor picante con granos de elote, o los mismos elotes hervidos. El maíz azul también se puede moler y condimentar con canela o cacao lo que se convierte en el pinole. Probar los tlaxcales, (unas pequeñas gorditas dulces) también es una buena opción de degustar la versatilidad del maíz
Agregandole agua al maíz molido y moviendolo mientras hierve obtenemos atole, que puede ser elaborado con masa colada también, y sin duda uno de los alimentos que más resaltan son los tamales, elaborados con masa de maíz y rellenos de salsa u otros ingredientes como queso, pollo, carne de cerdo o unos frijoles de mayor tamaño, los ayocotes, entre otros.
Uno de los condimentos más curiosos es el tequezquite, carbonato de sodio impuro, que sirvió como sal mientras Tlaxcala se encontraba sitiada por las batallas contra los mexicas, y que proviene de Tequezquitla (Arrevillaga, 2001, p.86). El maguey era usado casi en su totalidad pues del maguey se extraen los gusanos de maguey, la piel para envolver los mixiotes o el inconfundible sabor del pollo Tocatlán e incluso hoy se usan las pencas para elaborar la barbacoa de hoyo (Arrevillaga, 2001, p.85).
Los insectos tampoco eran desagradables para ellos, pues consumían los gusanos de maguey, chinicuiles, chapulines, escamoles (larvas de hormiga) y ahuauthli (huevecillos de mosco). Varios de estos platillos aún se pueden encontrar en restaurantes de la ciudad como el restaurante El Tirol o Los Portales.
También por el lado de la pesca se consumían y aun se consumen , pescados como la carpa y la trucha, la huevera de pescado que viene envuelta en hoja de maíz así como los charales. Muchos de estos productos provenían de la cercana laguna de aciutlapilco, que aparece y desaparece.
Los tlaxcaltecas prehispánicos ya consumían dulces elaborados con semillas de uahutli mezclado con hormigas, conocido como tzoalli, pero con la llegada de los españoles conocieron la miel de abeja y la caña de azúcar cuyas melazas derivaron en el piloncillo. De ahí que muchos de los dulces que ahora formen parte de los alimentos tlaxcaltecas provengan de estos conocimientos, algunos de los más conocidos son las alegrías, y con la entrada del trigo a la dieta se dio origen a los buñuelos, el pan de fiesta y los exquisitos mueganos de Huamantla. No se debe privar de saborear el merengue italiano ya sea solo o en gaznates.
Los conocidos moles son herencia de nuestros antepasados, pero “ciertos condimentos le han dado el sabor que disfrutamos hoy y cada región tiene su propia versión” (Arrevillaga, 2001, p. 89), tan es así que uno de los platillos importantes y muy ricos es el pipian.
Por el lado encontramos las flores de calabaza, la de jamaica, la de yuca, el tzompantle y hierbas como el cilantro, epazote o las verdolagas tambien son deliciosas y la mayoría se siguen consumiendo actualmente. Otro de los legados importantes que se incorporaron a través de los Españoles es el ganado y sus derivados lacteos, como el queso la leche o el requesón y que en conjunto con un poco de masa se pueden elaborar diversos alimentos como las populares quesadillas, o los tlatloyos, tortillas un tanto gruesas que se rellenan de frijoles o requesón, los huaraches que son más grandes y se acompañan de carne u otros elementos, y otros de manera similar pero sin relleno como los sopes las picaditas o gorditas (Arrevillaga, 2001, p. 88-89).
Existen otros platillos tradicionales más, que no es difícil de degustar si no eres Tlaxcalteca, pues muchos de los platillos se sirven en restaurantes, fondas o incluso en los tianguis, por lo que si eres un entusiasta de la gastronomía, en especial la mexicana o simplemente tienes el gusto de probar nuevos sabores y platillos, acércate a Tlaxcala y ¡disfruta de lo que tiene que ofrecer!
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