Como sucesos específicos durante el movimiento de Independencia, Tlaxcala se incorporó a la batalla en la etapa final, específicamente en 1821, al entrar los insurgentes bajo el mando del general Nicolas Bravo lograron expulsar a los realistas, terminando con cualquier vínculo con España (Ramírez, 2001, 105). Otra de las situaciones que llevó a participar a Tlaxcala durante el periiodo de Independencia, fué la demanda de convertirla en Estado Libre y Soberano. Gente de Huamantla encabezada por el párroco Miguel Valentín y Tamayo estuvieron a favor, de anexar Tlaxcala al Estado de Puebla, argumentando diversas razones como los gastos para mantener al ayuntamiento. Pero gracias a la intervención del diputado Muguel Guridi y Alcocer y tras un largo proceso las solución fue no integrarla, pero tampoco se le dió el título de Estado Libre y Soberano pero se le consideró como parte de la naciente república desde 1824 hasta 1836 (Ramírez, 2001, p. 106-107)
La activa participación de Tlaxcala, en conjunto y sola nos da un importante referente de los diversos hechos que también lograron colaborar en la victoria de los revolucionarios ante el gobierno de Porfirio Díaz. Aunado a los antecedentes precursores del movimiento revolucionario, el plan elaborado con Aquiles Serdán para incorporarse a la Revolución Mexicana se vio coartado por la liberación de Nicolás Reyes, un prisionero que informó a Cahuantzi del plan que tenían, tras un enfrentamiento en Apetatitlán y un correo enviado por el mismo Aquiles que se suspendiera el movimiento. El grupo se trasladó a Cerro Blanco y disolverse, Cuamatzi entabló pláticas con Aquiles posteriormente y conciliaron el levantamiento en armas el 20 de noviembre de 1910 como se había acordado en el Plan de San Luis, pero días antes la familia Serdán fue asesinada; inmediatamente se apresuró el Cuamatzi se refugió en La Malinche con otros 200 hombres aproximadamente. Cuamatzi vio su fin al ser perseguido por el gobierno tras atacar la fábrica de hilados y tejidos Los Molinos en Altlixco y a pesar de haberse refugiado en Papalotla.
Tras el escape de Díaz a Europa, Cahuantzi se refugió en la Ciudad de México dejando su puesto de gobernador, a lo que después de las elecciones en Tlaxcala, Antonio Hidalgo asumió el puesto y concluyó el periodo pendiente de Cahuantzi tras ganar las elecciones por el partido; la llegada al poder de Hidalgo marcó un enorme referente hacia las demandas de los campesinos y obreros.
Según Ramírez (2001. p. 129), tras el asesinato de Madero, en el gobierno de la República se instaló Victoriano Huerta, y en el gobierno de Tlaxcala se establecieron militares apoyados por él y de inmediato surgieron grupos de revolucionarios que se enfrentaron a dichos gobernadores.
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